miércoles, 18 de enero de 2017

Canción sincera


Una canción sincera.

Jacobo llevaba el peso de la derrota en los surcos de su rostro. Paula lo observaba con disimulo mientras le pasaba los productos de la compra por el código de la caja: Pan de molde, una botella de leche, tres piezas de fruta diferentes, cien gramos de jamón York, una lechuga y dos latas de conservas. La compra de alguien que vivía sólo. —pensaba ella—. A veces lo veía perdido  entre las estanterías, arrastrando un carro pequeño de la compra como quien empuja el tronco de un árbol con una cuerda. Cada dos días, poco antes de cerrar, acudía en busca de algún producto. Así los últimos seis meses. Los Sábados aumentaban sus provisiones, pero siempre, para una persona. Bibiana, su mujer, se había largado de casa,— aburrida decía— de la monotonía en la que estaba instalando su matrimonio. Antes de montarse en el coche descapotable de un ex traficante de tabaco francés que había conocido en un gimnasio al que ambos acudían. Se esfumó sin previo aviso, dejándole una fría carta en la que le explicaba los motivos de su huída. Desde entonces, estaba perdido, errante, confundido. El único fin por el que seguía vivo, era su perro y  poder contemplar brevemente a la cajera. Su amabilidad, la sonrisa que le dedicada cada vez que la veía, aunque fuese una sonrisa mecánica casi de autómata, le hacía sentirse mejor. A veces, el simple tacto de sus dedos femeninos y hermosos rozando los suyos al devolverle el cambio, le daban el calor que le faltaba a su destemplado corazón. Un día, mientras esperaba su turno en la caja, por los altavoces del supermercado comenzó a sonar un tema de su cantautor favorito: Luis Eduardo Aute: «Señales de vida» cuando le tocó pasar sus cosas, aquel silencio parecido al de un amanecer, solamente fue roto por el sonido del código de barras pasando la  compra. Ese ruido futurista no permitía escuchar nítida la canción,  aun así, la miro fijamente a los ojos, cuando ella le sonreía y después de pronunciar su nombre que bordado en el uniforme se leía nítido. Le dijo: «la letra de esta canción me recuerda a ti».