Hola Juan, hoy me he levantado temprano como casi siempre, y
he pensado en escribirte una carta para intentar que estos: no resulten para
ti unos años perdidos. Es simplemente una reflexión serena con la pausa que
ofrece poder releer lo escrito, no se trata de una regañina, a estas alturas, eso
sobra. Creo, como otras veces, que ya puedo tratarte como a un adulto lucido
que está un poco perdido intentando
comprender el complejo jeroglífico de la vida y de los seres humanos que le rodean.
Una vez, no hace mucho,
te dije lo mismo que M. Vázquez Montalbán le dijo a Daniel Vázquez: «un hijo no
es responsable del padre que tiene» y yo añado a esa frase, por si no la
entiendes: «pero un padre si es responsable del hijo que tiene». Ya te he dicho
en las primeras líneas que no es una
regañina, ni el fin es darte el tostón domincal
para tener yo, desde la distancia, la conciencia tranquila. Sólo deseo que aprendas
a pensar por ti mismo, que no dejes que nadie lo haga por ti, que sepas
defenderte en el dédalo o laberinto (las dos palabras significan lo mismo) peligroso
de la vida, que te des cuenta que hay gente mala acechando entre sombras, y
debes de saber defenderte por ti mismo, aprender también que hay gente buena.
Pero eso, solamente lo puedes entender cuando seas capaz de comprender, al observar a
quien tienes en frente y como es su manera
de pensar. Ahora estás a menos de un año de hacerte mayor de edad y cualquier
cosa que hagas a partir de agosto del año que viene puede volverse en tu
contra. Aunque yo sé, que ya hace años que eres mayor de edad porque son los
arañazos que da la vida y no una fecha,
la que hace que madures, te lo digo yo
que estoy legitimado para hablar de eso.
Sé que salí de tu infancia de repente, pero así es la
vida, entre tu madre y yo por aquel tiempo sólo nos quedaba la amistad, así que
decidimos no mantener el decorado de una
convivencia feliz por el murmullo del que dirán, que crecieses (María estaba a punto, o ya había hecho con buen criterio la maleta
cuando dejo de estudiar) pensando que todo iba bien, y de paso nosotros seguir autoengañándonos creyendo que las parejas son
posibles. Pues no, ya ves; las parejas se rompen, los trenes matan, el
tabaco se lleva a los seres queridos, las drogas confunden al cerebro y la estupidez humana supera a la de Peter Griffin, siempre ha sido así. Supongo que esa es la vida y lo
que de aquellas fue doloroso, te sirvió
de lección o te sirve a ti para saber que no creciste con la sensación absoluta
de estafa por nuestra parte, en mi caso y en el de tu madre también, tratamos de
ser honestos aunque no siempre lo conseguiremos.
Para concluir, esta carta te la envío al mini grupo de whatsapp
donde también está María, porque, igual
ahora no, pero quién sabe si en un futuro os sirve para releer lo que hay
escrito, porque lo escrito, es una forma de no marcharse del todo y permanecer en el recuerdo de los seres queridos. Pues eso muchacho, ahora que vives a golpe de conocimiento con sólo tocar
una tecla de tu teléfono, aprende a descifrar el alfabeto digital de la vida, y filtra con
el colador de tu memoria; la basura que no te aporte nada y, no imites a nadie
porque la mayoría creyéndose original, es lo único que sabe hacer; copiar y
pegar, así, mientras copias y pegas o te haces fotos de los pies en una playa, no
lees, y si no lees, no comprendes los entresijos secretos del aprendizaje y
serás un ser simplón que se cree único.
Siempre ahí: El padre tacaño de Bofin, Tresines y Abuelo de Tina